Ruta por los Valdelomares que combina su bonito patrimonio natural con un enorme patrimonio cultural, entre lo que destaca el arte rupestre así como la arquitectura románica.
Recorreremos los cuatro pueblos de valdelomar: Santa María de Valverde, San Martín de Valdelomar, San Andrés de Valdelomar y Castrillo de Valdelomar.
La ruta da comienzo en Santa María de Valverde, junto al Centro de Interpretación de Arquitectura Rupestre.
Allí mismo se encuentra un antiguo lavadero de pila octogonal, así como la fuente donde aprovisionarse de agua antes del comienzo del itinerario.
Detrás del Centro de Interpretación se encuentra la iglesia de Santa María de Valverde, máximo exponente de las iglesias rupestres de Valderredible que cuenta con una extensa necrópolis sobre la cubierta y una bonita espadaña edificada detrás. Excavada en la roca y declarada bien de interés cultural BIC, actualmente sigue empleándose como culto.
Desde allí tomamos el camino que, próximo a la carretera CA-273, nos conducirá a la Peña Horacada, un abrigo excavado en la roca arenisca aprovechando las oquedades de la misma. Este destacado promontorio rocoso, que fue utilizado en la edad media por eremitas, tiene como elementos más destacados, cruces y grabados antropomorfos.
Volvemos sobre nuestros pasos y tomamos la carretera hasta San Martín de Valdelomar. Por la carretera CA-273 recorreremos un trayecto inferior a 200m.
A la entrada al pueblo encontramos el antiguo lavadero, de gran valor patrimonial. La pila es octogonal y está rodeada por un muro perimetral, para evitar los fuertes vientos y protegerlo del ganado. Además dispone de fuente y cuatro abrevaderos.
Continuamos hacia el pueblo junto a la carretera para encontrarnos con la iglesia románica, advocada a San Agustín y declarada como bien de interés cultural BIC.
Continuamos junto a la carretera algo menos de 300 metros hasta salirnos a una pista a mano izquierda. La pista asciende hasta la carretera de Cezura a Valdivia, dejándonos justamente debajo del mirador.
Tras subir al mirador y disfrutar de las bonitas vistas, descendemos por la carretera dirección Cezura hasta encontrar el cartel de Cuevatón y Quebrantacalderas.
Ascendemos por el sendero que nos lleva al Cuevatón, pasando casi por delante de Quebrantacalderas.
El Cuevatón es el mayor cenobio que existe por la zona y se trata de una construcción eremítica situada a los pies del Monte Bernorio.
Destacan las celdas excavadas, que se encuentran a 6 metros de altura, y cuyo acceso debía realizarse en su momento a través de andamiajes o escaleras construidas en madera.
Después de disfrutar del majestuoso cenobio, retornamos sobre nuestros pasos por la senda y por la carretera hasta encontrar la pista que desciende a San Andrés de Valdelomar a través de un bonito robledal.
Encontramos durante esta bajada una oquedad o abrigo llamado por los locales "cueva de los conejos".
La pista termina en la carretera CA-273, frente al Parque del Silencio de San Andrés de Valdelomar.
En San Andrés de Valdelomar vamos a visitar diferentes dependencias de gran interés cultural:
El Cedeter, que además de sus funciones como Centro de Desarrollo Territorial y Lucha contra la Despoblación, cuenta con una exposición etnográfica interesante.
La fragua reconstruida para poder recrearse en el trabajo que permitía trabajar y forjar el metal después de avivar el fuego con el fuelle.
El lavadero, que curiosamente se encuentra en la parte alta del pueblo, a diferencia de la mayoría de los lavaderos que suelen situarse en las partes bajas.
La iglesia románica de Santa Lucia y de San Andrés, construida a finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII, que está provista de una bonita espadaña.
Las antiguas escuelas, que actualmente alberga un interesante museo de la cerámica.
A la salida de San Andrés en dirección a San Martín, cruzamos la carretera CA-273 y cogemos la pista que nos conducirá a Castrillo de Valdelomar, realizando una parada previa en Peña Castrejón, un pequeño eremitorio.
Seguimos la fácil pista que nos llevará a Castrillo de Valdelomar, donde poco antes de llegar veremos una pequeña cueva o abrigo rupestre.
A la entrada del pueblo podemos observar un potro de herrar, que era utilizado tanto para inmovilizar a los animales para cambiarles las herraduras, como para aplicarles algún tratamiento veterinario.
También podemos visitar las antiguas escuelas del pueblo, así como la iglesia románica de Santa Leocadia.
La románica de Santa Leocadia fue edificada sobre un promontorio de arenisca en el siglo XIII, de gran belleza realzada por la necrópolis que la envuelve y rodea.
Retornamos por la misma pista que habíamos llegado a Castrillo hasta desviarnos por otra pista que conduce a Santa María de Valverde.