La ruta parte de San Martín de Elines, del Barrio de Arriba, desde una plaza al lado de la colegiata románica, construida probablemente a principios del siglo XII, sobre los restos de una iglesia anterior de estilo Mozárabe de la cual aún son visibles algunos restos que pueden datar del siglo X.
Desde la plaza se comienza en subida por la calle de Cabrerizas Altas justo enfrente a la colegiata, una vez se dejan atrás las casas, se cruza una portilla metálica.
La pista continúa ascendiendo a media ladera bajo los cantiles que se desploman del Páramo de la Lora, se llega a una zona denominada El Tez (955m aproximadamente), dejando a la izquierda un refugio cuya puerta está cerrada, no obstante hay un pequeño cobertizo para leña justo al lado, que en caso de lluvia o nieve puede servir de refugio temporal.
El paisaje cambia drásticamente, apareciendo hacia el sur una extensa llanura en la que se alternan los cultivos y pastizales con las manchas de encinar y rebollar. En unos metros se llega a otra bifurcación, en la que hay que ir a la derecha cruzando una nueva portilla, siguiendo el camino durante unos 500 metros, con el fin de evitar el borde del páramo cubierto de un denso encinar de tránsito incómodo.
Se asciende por el Ontanón, un alargado corredor herboso en el que el camino se hace poco claro, tras un buen trecho bordeando el encinar, alcanzamos de nuevo el borde del páramo. Continuamos unos metros por el borde donde se pueden apreciar unas magníficas vistas del Valle, seguidamente hay que retornar hacia el interior, atravesando unos metros de zona boscosa, tras la cual se sale a terreno abierto sin un camino claro por el que progresar; se continuará por una suave ladera poblada de viejos chozos de pastores abandonados con tendencia clara en ascenso, acercándonos hacia la derecha para ganar la referencia del borde del páramo.
Así se sube a una zona de pendientes más suaves y claro predominio de la roca caliza, en este punto los matorrales aparecen aplanados por el frío y el viento imperante a esta altura durante gran parte del año.
Peña Camesía (1.156 m.), Esta elevación casi no destaca desde el páramo, pero en cambio su vertiente hacia el valle del Ebro es espectacular, con un farallón vertical de casi 150 metros aprovechado por los buitres para anidar.
Constituye el relieve más singular de Valderredible. La vista es magnífica de casi todo el valle y los montes circundantes, apareciendo ya destacadas cumbres de la Cordillera Cantábrica en el tramo que va desde Castro Valnera al Espigüete. Se continua en suave descenso por el terreno rocoso hacia el oeste, alcanzando pronto el collado (1.100 m.) situado entre Peña Camesía y Muñata (1.181 m.), este último un alto inconfundible por sus antenas de telefonía y televisión, así como el denso hayedo de su vertiente norte.
Cruzando una nueva portilla salimos del páramo por una pista que desciende con una pendiente considerable trazando varias revueltas. En la bajada y muy al principio se puede apreciar el farallón de Peña Camesía que en un momento dado aparece con el perfil de lo que sería un enorme gorila, teniendo el hayedo que se resguarda a sus pies. Tras un rato de bajada se llega a Villota de Elines.
Villota de Elines (819 m.), En realidad el camino a tomar no se adentra en el pueblo, sino que entre el cementerio y las primeras casas hay que dejar la pista que seguimos y desviarnos a la derecha, ascendiendo un breve tramo por una zona de pastizal donde la traza del camino se difumina.
Pronto se hace más claro, girando hacia la izquierda, y superando una nueva portilla para transitar con poco desnivel a media ladera. Entre matorrales, pequeños árboles y algún bosquete de rebollos, se cruza una nueva alambrada y prosiguiendo con tendencia al descenso e ignorando varios desvíos secundarios, se vuelve a entrar en el pueblo origen de este recorrido, bajando a la izquierda hasta la Colegiata desde donde se comenzó la ruta.