En la zona oeste de Valderredible encontramos esta localidad, la cuarta en población (54 habitantes según los datos para el año 2012) y una de las cabeceras comerciales del valle, junto a la capital Polientes y Ruerrero. Su caserío se divide en 3 barrios (Repudio, Tarrero y Las Calles) y se encuentra atravesado tanto por el arroyo Mardancho (la principal corriente hidrológica de este sector occidental en Valderredible) como por la carretera de acceso CA-273, que entra en Valderredible desde Quintanilla de las Torres (Palencia). El pueblo aparece profusamente documentado en época medieval, desde el Cartulario de San Salvador de Oña (en el año 1115 recoge “Villanueva de Alanía” y en 1292 “Villanueva de Alfanía”) hasta el Libro Becerro de las Behetrías (1352, recoge “Villa Nueva”). Su topónimo alude a las nías, es decir, al lugar donde se corta y se tiende a secar la hierba para formar las gavillas.
Tanto en el pueblo como en el entorno encontramos un rico y atractivo patrimonio histórico. En su caserío encontramos buenos ejemplos de arquitectura tradicional, con algunas casas que muestran excelentes blasones heráldicos y vestigios medievales. Pero sin duda es la silueta de la iglesia de San Juan Bautista, elevada sobre el promontorio de arenisca que domina el núcleo, el elemento más reconocible de Villanueva de la Nía. A sus pies encontramos los restos de una necrópolis rupestre altomedieval. La iglesia es una de las joyas románicas del valle, no tanto por La cantidad de elementos románicos que conserva (ábside, presbiterio, decoración iconográfica en los canecillos exteriores y en los capiteles del arco triunfal) como por el interés y extraordinaria calidad de éstos. También es reseñable una fascinante cueva artificial, el habitáculo rupestre conocido como “La Quintana”, ubicado aproximadamente a un kilómetro al sureste del pueblo, en un paraje de gran frondosidad. Es sin duda un enclave rupestre de gran belleza que pudo haber tenido una función eremítica en la Alta Edad Media.
La ruta del Mardancho SL-S 33 es una buena opción para conocer el entorno del pueblo, siendo un circuito sencillo y atractivo para caminar, a la vera del arroyo Mardancho, y conocer tanto Villanueva de la Nía como Susilla. Además del paisaje propio de la zona (robles rebollos de expansión, praderías y cultivos, bosque de ribera) permite conocer otros elementos de interés, como un viacrucis de excelente cantería y la ermita de la Virgen del Monte.
Hasta hace varias décadas el núcleo contaba con una intensa actividad mercantil, pues contaba con diversas tabernas, sastrería, serrería, zapatería, carretería, etc. También funcionaron varias fraguas y molinos. Los despoblados de La Nía (al sureste, contaba con la ermita de Nuestra Señora de la Nía, demolida en 1801) y Barrio (al suroeste, en dirección a Villamoñico, únicamente permanecen los vestigios de las cinco casas) nos hablan, como en otros puntos de Valderredible, sobre la importancia histórica que barrios y núcleos de población han tenido en la zona.
La festividad local se celebra el 16 de julio, el Carmen.