Iniciamos la ruta en la bonita población de Arroyuelos, saliendo de la iglesia para finalizar en la ermita rupestre.
Partimos de la iglesia parroquial, que es de estilo románico y está advocada a Santa Catalina.
El camino rápidamente nos saca del pueblo, permitiéndonos caminar entre quejigos.
El itinerario es en parte coincidente con la marcada ruta ornitológica.

Continuamos siguiendo las indicaciones de sendero local que nos llevan a una caseta para avistamiento de aves o hide.
Por su ubicación, si tenemos algo de fortuna, el hide nos permitirá observar pequeñas aves forestales.

Pasado el hide, el itinerario continúa por el marcado sendero local, ascendiendo hacia el Páramo de Bricia.
Ahora nos encontraremos en un encinar mediterráneo, bastante espeso y denso, donde a veces puede ser complicada la orientación. Recomendamos llevar el track en un dispositivo de localización y seguimiento por GPS.

Tras este recorrido salimos del encinar y ya desde la distancia podemos contemplar, a nuestra izquierda la ermita de Santa Catalina y al frente los chozos de Orbaneja del Castillo.
Continúan en pie aproximadamente 30 chozos, construcciones en piedra seca por agricultores que los emplearon para guardar los aperos de trilla y labranza.

Seguimos la marcada pista que nos lleva a Orbaneja, a donde llegamos desde el páramo y que nos regala unas magníficas vistas del bonito pueblo y de las formaciones geológicas al otro margen del Ebro, destacando entre ellas "los camellos".
Recorreremos el bello y singular pueblo de Orbaneja del Castillo para bajar a la carretera, desde donde podremos admirar la cascada formada por escalones de toba calcárea y sus pozas azuladas.

Saliendo de Orbaneja, seguimos la carretera hasta llegar al puente sobre el Ebro, el cual cruzamos y tomamos el Camino Natural del Ebro GR 99 hacia la derecha.
Nos adentramos ahora en un bosque galería o bosque de ribera donde la vegetación arbórea predominante son los aliso y álamos en primera línea, en segunda quejigos y más adelante las hayas subrupícolas, acompañados de arces y avellanos entre otros.

Antes de llegar a Villaescusa de Ebro encontramos la antigua Central Eléctrica del Tobazo, que desde los años cuarenta está en desuso y en la actualidad es una vivienda vacacional.
En seguida llegamos a la cascada del Tobazo, formación también en toba caliza (tal y como su nombre atestigua) cuyas aguas en temporada de lluvias se pueden admirar cayendo en las pozas de azuladas aguas.

A poco más de un kilómetro del Tobazo llegaremos a Villaescusa de Ebro y continuando el gran recorrido del Ebro alcanzaremos la bella pedanía de San Martín de Elines, donde destaca la Colegiata románica.

Al llegar a San Martín de Elines abandonamos el Camino del Ebro y pasamos sobre el río Ebro por el puente, tras lo cual cruzamos la carretera principal y subiremos por la carretera hasta Arroyuelos.

La ermita rupestre pone el punto y final a la ruta. Se trata de una iglesia de gran valor, declarada bien de interés cultural BIC, y en excelente estado de conservación. Está excavada en la roca arenisca y dedicada a San Acisclo y Santa Victoria, dos hermanos cristianos martirizados a principios del siglo IV.
Tiene por tanto dos santos, pero también dos plantas, dos naves y dos ábsides.
En el exterior hay una pequeña necrópolis donde se pueden ver algunas tumbas olerdolanas excavadas en el suelo.