La parte sur del bosque presenta rebollos y a medida que vamos al norte muda el bosque a hayas y predominantemente a los citados robles.
La tipología del bosque es la de árboles delgados, altos, próximos unos a otros y muy uniformes en su edad. El tejo y el acebo se presentan constituyendo el sotobosque.
A estas dos acompañan en el denso sotobosque toda una gama de especies propias del bosque caducifolio: avellanos, endrinos, mostajos, serbales, majuelos o arracianes, y, también, las que adornan el discurrir del río, sauces, fresnos, ruscos o aligustres.
También da cobijo a varias especies animales: topo ibérico, desman ibérico, lobos, corzos, jabalíes, alcotanes, azores, milanos negros, gavilanes, búhos chicos, autillos, ratoneros, águilas perdiceras, mochuelos, torcaces, tórtolas, chochines, abubillas, turón, marta, nutria, etc
Además de proporcionar al pueblo recursos económicos en términos de madera y caza es un principalísimo electo como fijador del suelo, como regulador hidrológico y como mejorador ambiental al fijar 3 toneladas por Ha. De CO2.
En 1.555 se redactan ordenanzas para la gestión del bosque creándose la Junta del Común como organismo gestor del mismo.
En la actualidad el bosque presenta una extensión del 20% de la que tuvo a principios del s XX. Su futuro, no obstante, es prometedor pues la población y autoridades concernidas están muy sensibilizadas con respecto a su conservación y mejora.