Con la rehabilitación de la antigua Casa Concejo de Castrillo de Valdelomar y del cobertizo anexo, se puso en valor como elemento expositivo y didáctico el ‘potro’ de herraje, que en este último espacio estaba ubicado.
El potro se define como una pequeña construcción que se usaba antiguamente para el herraje y la aplicación de tratamientos veterinarios de animales, principalmente: bueyes, vacas y caballos. Una vez introducido el animal, por medio de un sistema de rodillos y correas, se le suspendía en el aire.
El potro construido de madera, formado por cuatro columnas verticales en forma de cuadrilátero y dos horizontales, una fija y otra giratoria que se llamaba rodillo, situado en un plano inferior y con dos orificios para colocar la palanca, que accionaba las correas(correones) que subían y bajaban al animal. En la parte frontal está ubicado el camellón.
Para herrar, el herrero usaba el martillo, las tenazas, el pujavante, la lima, los clavos y las herraduras. Adaptadas a la morfología del casco o pezuña de cada animal, siendo una pieza única para los caballos y en dos piezas para los bueyes o vacas.
El potro de herraje inició sus servicios en el siglo XIX y estuvo en plena vigencia hasta la década de los sesenta del siglo XX, cuando dejó de usarse por la mecanización del campo, desplazando a los bueyes y vacas de las labores del campo.