Enmarcado en un boscoso sector de la zona oeste del municipio, Coroneles es un pequeño y acogedor pueblo que se abre, entre espesos rebollares y pinos silvestres, como un alto en la subida hacia el monte. Se accede por la carretera CA-272 entre el puerto de Pozazal y Villanueva de la Nía, tomando un desvío a un kilómetro y medio del cruce en este último núcleo. El topónimo hace referencia a su emplazamiento en un lugar elevado o coronado, pues el pueblo se instala a 940m de altitud en un pequeño llano de la Cuesta de la Pozona. Aparece documentado como “cornenes” en el Fuero de Cervatos (1250) y ya con su nombre actual en el Catastro de Ensenada (1750) y el Diccionario de Pascual Madoz (1850).

En su pequeño caserío encontramos algún ejemplo interesante de arquitectura tradicional y la iglesia de Santa Marina, de estilo barroco y con bella espadaña, en la que se pueden apreciar reminiscencias románicas. En su interior se encontraba una talla de la virgen con el niño del siglo XIV, imagen que actualmente se conserva en el Museo Diocesiano de Santillana del Mar.

El núcleo de población original se ubicó muy probablemente en una posición más elevada, a unos 500m al noreste en el alto de la Poza de Santa Marina. Allí permanece una necrópolis rupestre altomedieval de notable interés, ya que contiene algunos sarcófagos exentos o nobiliarios de tipo pila. En memoria de este antiguo núcleo, el despoblado medieval de Santa Marina, la iglesia actual de Coroneles lleva la advocación de la santa, cuya celebración corresponde al 18 de julio.

Coroneles es uno de los pueblos más pequeños, aislados y rodeados de monte medio de Valderredible. Las formaciones de rebollo o tocio (Quercus pyrenaica) se suceden en zonas de monte bravo y dejan paso en otras al pino silvestre de repoblación. Aunque no está señalizado y es recomendable un conocimiento previo del terreno, se puede realizar un itinerario por este entorno forestal entre Navamuel y Coroneles. El descenso desde Navamuel se hace siguiendo en primer lugar una pista de concentración parcelaria para más adelante seguir el arroyo Ontañón y salir hacia una segunda pista más ancha entre el pinar de repoblación.